Hablemos de Astrología
La Astrología tiene una
parte de ciencia y otra de arte.
De la misma forma que el médico nos
indica un análisis y en base a que éstos se mantengan dentro de los límites que
la ciencia indica como normales, nos dirá que estamos sanos, y esta es su
interpretación personal en base a estadísticas y a su propia experiencia,
porque a todos nos ha pasado que un índice por debajo o por encima de los
valores normales, para algunos médicos es un problema y para otros está bien.
En Astrología sucede algo similar.
Nuestra carta natal muestra las posiciones planetarias al momento de nacer.
Estas posiciones se calculan en base a complejas fórmulas matemáticas, son
reales y comprobables. Por otro lado, para determinadas posiciones planetarias,
encontraremos determinadas características. Esto se basa en estadísticas
formuladas por diferentes científicos y astrólogos a través de la historia.
Lo que hace el Astrólogo es
interpretar en base a estas estadísticas y en base a su experiencia personal.
Hasta aquí una brevísima
introducción, para quitar del imaginario popular la imagen de adivinación que a
veces se le otorga a la Astrología.
Hay otro concepto que me gusta
comentar, y que puedo resumir en una frase que todos los Astrólogos conocemos,
pero no todos aplican: “Los astros inclinan pero no obligan”.
¿Qué significa esto? Sencillo. Las
posiciones planetarias en nuestra carta natal muestran las energías que traemos
al nacer, lo que determina nuestro carácter, reacciones, forma de vida, de
pensar, de vestir, etc.
Pero, y aquí aplicamos la frase,
estas características son absolutamente modificables en tanto las experiencias
que tengamos, las capitalicemos para mejorar nuestros rasgos más negativos y
para que los positivos se puedan aplicar mejor.
Los bebés recién nacidos, no tienen
conciencia aún de prácticamente nada, sólo de sensaciones y que dependerá de
otra persona para que esas sensaciones puedan aplacarse. Son pura energía,
energías planetarias en bruto.
Con el correr de los años, este bebé
sabrá que para determinadas cosas que haga, le traerá una sensación agradable o
no.
Más adelante en la vida, sabremos que
luego de seguir un camino elegido concientemente obtendremos un resultado, y
esto surge de la experiencia que vamos acumulando.
Si aprendemos a reconocer dentro de
nosotros las energías que son negativas, y las aplicamos a cosas positivas,
estaremos cambiando algo que era nocivo para nosotros y nuestra salud, en algo
positivo a nivel físico, emocional y mental.
En algún momento de mi experiencia,
pensé que lo único que no podíamos cambiar eran las debilidades de nuestro
organismo marcadas en la carta natal. Pero me equivoqué, y he comprendido que si
mantenemos una higiene emocional, y si logramos controlar aquello que nos daña a
nosotros mismos, es posible evitar esas tendencias.
Bettina Marfetán
Astróloga Profesional